Howard estaba ajeno al hecho de que Caitlin había persuadido a Daniel; genuinamente creía que Daniel había reconocido su potencial, y por ello, le tenía un enorme respeto. Después de todo, en esta era, nadie más que Daniel pondría tanto valor en alguien que había despertado un talento de nivel F. Ahora, al ver que Daniel había preparado un regalo para él, Howard se sentía aún más agradecido. Como huérfano, nunca había experimentado el calor de los demás, y aparte de Abby y Margaret, nunca había recibido amabilidad de nadie más. Las acciones de Daniel, al igual que las de Abby, habían tocado completamente su corazón. Sin embargo, una era cuestión de amor, mientras que la otra era un vínculo entre maestro y alumno.
Tomando una profunda respiración, Howard aceptó un talismán que Daniel le entregó.