Durante un par de horas, Nick simplemente observó el ataúd inmóvil.
Era casi como si fuera un ataúd normal.
—Nick, hora de trabajar.
La voz de Wyntor salió por los altavoces dentro de la Unidad de Contención.
—¿Ya son las seis a.m.? —preguntó Nick.
—Casi —respondió Wyntor.
—Claro —dijo Nick—. Sería bueno si pudieras vigilar el Ataúd Gritante. No parece hacer nada mientras tenga un cadáver dentro, pero quiero saber cuándo empieza a moverse de nuevo. No te preocupes, es muy lento y puedes retirarte fácilmente si intenta algo.
—Debería estar bien con tal de que le eches un vistazo cada hora —dijo Wyntor—. Puedo hacerlo.
Para entonces, Nick ya había abierto la puerta y salido afuera.
—Por cierto —dijo Nick, mirando a Wyntor—. ¿Puedes también informar a los demás sobre el Ataúd Gritante? No necesitan trabajar con él, pero deberían saber que tenemos un segundo Espectro.
Wyntor frunció el ceño.
—No quiero decirles a todos sobre cada Espectro —afirmó.