El mundo estaba en alboroto.
Mientras todo esto sucedía, el cuerpo de La Cuchilla se estaba recomponiendo y regenerándose.
Cuando Envidia murió, su sirviente no se movió en lo absoluto.
El Caído sabía que no podía huir de alguien tan poderoso.
Lo único que podía hacer era esperar que este humano no lo matara.
Tres segundos después de la muerte de Envidia, el cuerpo de La Cuchilla se había recuperado completamente y miró al Caído con una expresión fría.
—No resistiré —transmitió el Caído a La Cuchilla.
En menos de un segundo, La Cuchilla lanzó una cuerda metálica al Caído, que se enrolló a su alrededor.
Era uno de los Supresores de Zephyx más fuertes que poseía Aegis.
Naturalmente, si el Caído hubiera resistido, habría podido deshacerse fácilmente del Supresor Zephyx, pero como no lo hizo, fue completamente suprimido.
Y ahora, ya no importaba si resistía o no.
En cuanto el Supresor Zephyx se colocó en su cuerpo, todo había terminado.
