—No hay agujeros —transmitió Orgullo a El Caído.
—Los agujeros solo aparecen cuando toco el muro —respondió El Caído.
—¿Puedes entrar? —preguntó ella.
—Puedo llegar unos cinco metros adentro, pero ese es mi límite —respondió El Caído.
—¿Hay algo diferente a esa profundidad? —preguntó Orgullo.
—La atmósfera se vuelve más delgada y la gravedad parece disminuir.
—¿La gravedad está disminuyendo? —preguntó Orgullo.
—Creo que sí —respondió El Caído.
Orgullo miró el muro con el ceño fruncido.
Naturalmente, Nick no escuchó nada de su conversación.
—¿Qué tan duro es? —preguntó Orgullo.
—No puedo dañarlo —respondió El Caído.
Los ojos de Orgullo se estrecharon.
¿Ni siquiera uno de sus sirvientes más poderosos podía dañar este muro?
Esto significaba que este muro era tan duro como el cuartel general de Aegis, lo cual era una locura.
Este muro tenía que estar hecho de un material que solo podría ser dañado por Escudos o Adversarios.
—¿Está vivo? —preguntó Orgullo.