Para entonces, Nick podía visualizar dónde se encontraba con bastante confianza.
En su mente, veía una gran pared con muchos agujeros, como un filtro.
En algún momento, los agujeros se dividirían esencialmente en dos, pero esas divisiones no eran iguales.
Uno de los caminos era mucho más pequeño que el otro y estaba cerca del lado, no directamente enfrente.
Era como una gran calle con un pequeño desvío.
Cualquier cosa que no pudiera moverse sin la ayuda de la gravedad, la resistencia del aire o la fricción se movería impotente por el gran pasillo hacia un callejón sin salida diseñado para atrapar a estos intrusos.
Cualquier cosa que pudiera moverse de esta manera también viajaría a este callejón sin salida, ya que el camino real hacia adelante era tan pequeño y casi imperceptible.
«Es muy claro que esto no es una entrada sino una salida. No se supone que nada entre aquí», pensó Nick.