El fuego desapareció, y Nick miró la Unidad de Contención vacía.
Julián estaba muerto.
Durante más de una década, Julián se había enseñoreado de Nick y siempre había sido la mayor amenaza para Nick.
En el fondo de su mente, Nick todavía estaba un poco preocupado por la posibilidad de que Julián estuviera de alguna manera aún con vida.
Sin embargo, tal miedo era infundado.
Incluso un Caído moriría al ser alcanzado por un ataque así, y definitivamente Julián no tenía el poder para engañar los sentidos de Simón.
Era imposible que Julián hubiera sobrevivido.
—¿Ha cambiado tu opinión sobre mí? —preguntó Nick.
Simón frunció el ceño.
Luego, asintió.
—Julián me enseñó un concepto interesante. La falacia del costo irrecuperable. ¿Has oído hablar de eso? —preguntó Nick.
Simón no respondió.