—Nueva York —repitió Nick—. Es enorme.
—Tiene más de 50 kilómetros de ancho, y hemos encontrado ruinas de edificios que tenían hasta diez kilómetros de altura —dijo Simón.
—¡¿Diez kilómetros?! —repitió Nick en shock.
—El nivel tecnológico de los Antiguos era inconmensurable —dijo Simón—, y lo más impactante de todo fue que lograron todo esto en apenas 5,000 años o algo así. Los Antiguos solían registrar su historia en años, y los registros más recientes se han escrito en algún momento dentro de los 5,500 en su calendario.
Simón frunció el ceño —Incluso vimos registros de armas que tenían el poder de destruir el mundo.
—¿Cómo? —preguntó Nick.
—Era algo así como un cañón gigantesco que disparaba una especie de máquina que podía penetrar en el núcleo del planeta antes de detonar con toneladas y toneladas de algo que llamaban antimateria. La explosión destruiría el núcleo, lo que resultaría en el colapso total del mundo sobre sí mismo y su fragmentación.