Durante las siguientes dos horas, Nick tuvo que recoger tres lanzas más, cada una más difícil de conseguir que la anterior.
Al final, Nick se sintió como si estuviera a punto de morir.
Sus brazos estaban casi inutilizables y su espalda le dolía cada vez que intentaba enderezar su postura.
Cuando Nick llegó de nuevo a la cima del edificio, Manela asintió con la cabeza.
—Buen trabajo. Eso debería ser suficiente por hoy —dijo ella.
Nick respiraba con dificultad y solo asintió sin decir nada.
Para entonces, Nick había comprendido por qué Manela le había hecho hacer esas cosas.
En primer lugar, Nick se estaba familiarizando con su nuevo lugar de entrenamiento.
En segundo lugar, estaba sometiéndose a un arduo entrenamiento físico, lo cual también debería mejorar su fuerza.
En tercer lugar, Nick se estaba acostumbrando más al peso de sus lanzas y aprendió cómo llevarlas sin gastar demasiado de su poder.
Cuarto, Nick estaba familiarizándose mucho con sus lanzas.