—Si quieren que él los lidere, aquí tienen su oportunidad —la fría voz de Atticus sonó sin paciencia alguna.
Atticus verdaderamente no tenía paciencia para tonterías.
Se estaba esforzando en llevar a todos a un lugar seguro, y allí estaban ellos, discutiendo sobre algo extremadamente inútil. ¡Lo que era aún más molesto era el ruido que estaban haciendo mientras intentaban escapar con sus vidas!
Cada uno de los aprendices se quedó en un silencio espeluznante. Era como si algo horrible fuera a suceder si hacían un sonido. Ninguno de ellos quería bajarse de esa plataforma. Sabían que no durarían un segundo solos. Todos se quedaron en silencio, olvidando completamente a William y al dúo.
Jack soltó una pequeña risa y pensó, «Espero que mueras», mientras miraba hacia atrás a William, que ya se estaba convirtiendo en un punto diminuto, con un brillo frío en sus ojos.
La plataforma de tierra seguía moviéndose.