Debido a la energía espiritual que lo recorría y se sincronizaba con su mana, el cuerpo de Atticus estaba beneficiándose de dos energías poderosas.
Su vínculo con Ozeroth lo había empujado a través de un proceso intenso, inundando su cuerpo con una cantidad abrumadora de energía espiritual que había sostenido durante algún tiempo.
El dolor había sido inimaginable, pero los beneficios eran innegables. Su cuerpo había sido llevado hasta su límite absoluto, y esa tensión era la causa raíz de su actual cuello de botella.
En este punto, Atticus podía sentir que tenía más energía espiritual que mana. Los efectos de la energía espiritual eran claros en su cuerpo.
Aunque acababa de despertar de un largo sueño, su cuerpo se veía radiante. No había una sola imperfección. Su físico estaba perfectamente esculpido, y exudaba un aura que atraía naturalmente a las personas.
