En este punto, se estaba volviendo demasiado común, sin embargo, cada vez que ocurría, muchas personas en el dominio humano aún no estaban presentes para presenciarlo.
Seraphina flotaba alto en el cielo sobre el Sector 8, con un profundo ceño fruncido en su rostro. Estaba preocupada.
Como un parangón, no solo era un ser de inmensa fuerza sino también de inteligencia. Si Atticus y Celestial habían podido juntar todo lo que hicieron, era obvio que ella también podría.
Ahora, dos opciones yacían ante ella, opciones que cambiarían todo y definirían su futuro.
Su gente, los humanos… o los espíritus.
Estaba dividida.
Como el parangón de la familia Starhaven, era una persona de guía para muchos en el Sector 8. La gente seguía sus palabras sin cuestionar, confiando completamente en su juicio. Pero Seraphina conocía la verdad en lo más profundo.
«Cuando llegue el momento, la mayoría se pondrá del lado de los espíritus», pensó amargamente.
