En medio de un bosque pacífico, una luz púrpura cegadora se encendió desde el pecho de una chica de cabello púrpura sentada con las piernas cruzadas en un pequeño claro.
De ella, la pequeña figura de Lumindra surgió con fuerza, elevándose alto en el aire y girando bruscamente para enfrentarse a una dirección particular.
Los ojos de Zoey se abrieron de golpe, siguiendo la mirada de Lumindra hacia el cielo.
—¿Qué pasó? —preguntó al instante, con el corazón palpitante.
La mirada de Lumindra era gélida, su aura sedienta de sangre cubría todo el bosque. Era como si hubiera avistado a su peor enemigo. Era una mirada que Zoey nunca había visto antes en Lumindra, no desde el día que se vincularon.
Pero eso no era lo que hacía que el corazón de Zoey latiera aceleradamente. Sus manos temblaban, y aunque no había nada visiblemente amenazante en su entorno, ella podía sentirlo. Era Lumi.
