—Los ojos de Zoey se humedecieron mientras bajaba la cabeza —murmuró suavemente entre dientes—. Sí.
—Seraphina suspiró y su expresión se suavizó al ver las lágrimas corriendo por las mejillas de Zoey.
—Sin dudarlo, envolvió a su nieta en un cálido abrazo —Está bien —susurró con dulzura.
—Incluso Lumindra, que había estado hiperactiva hace solo unos segundos, se quedó callada. Ver llorar a Zoey la lastimaba, y se movió incómoda en el hombro de Zoey, sus pequeñas manos se extendían para ofrecer un toque reconfortante.
—Entre sollozos suaves —¿Soy una mala persona, Abuela?
—Seraphina le acarició la cabeza suavemente —No lo eres, cariño. Solo eres humana. Es normal tener estos sentimientos. Todo el mundo los tiene —la tranquilizó, abrazándola fuertemente.
—Zoey siguió llorando durante unos minutos, antes de recobrar la compostura poco a poco. Al separarse del abrazo, se limpió los ojos llenos de lágrimas.
—Viendo que Zoey se había calmado, Seraphina continuó en un tono tranquilo.