Un genio en batalla.
Esas eran cuatro palabras. Cuatro palabras que muchos considerarían simples, pero su significado estaba lejos de serlo.
Para comprender completamente el peso de esas palabras, uno tenía que mirar más allá de su superficie y adentrarse en su esencia más pura. La primera...
Batallas.
Para la gente de Eldoralth, que había crecido en un mundo lleno de conflictos interminables, las batallas no eran solo choques por supervivencia o conquista.
Eran entretenimiento, una celebración de la fuerza que poseía una belleza propia.
Había algo indudablemente cautivador en ver a los guerreros encontrarse en el campo de batalla, especialmente cuando los combatientes eran extraordinariamente poderosos y de élite.
En esos momentos, la multitud sentiría sus corazones palpitar, una oleada irresistible de emoción, como si la esencia misma de la batalla corriera por sus venas.