—Los ojos de Avalón se abrieron con sorpresa, su intensa mirada se fijó en Atticus —dijo con voz narrativa—. Las palabras lo golpearon como un puñetazo en el estómago, y por un momento, no dijo nada, solo miró fijamente.
—Sus labios se separaron como si fuera a decir algo, pero no salió ningún sonido. En su lugar, se giró hacia un lado, su rostro retorcido de dolor.
—Atticus continuó:
—El resto de nosotros estábamos lejos, pero tú estabas aquí en el Sector 3. Estabas justo aquí, y sin embargo no pudiste detener nada. Si no fuera por mí, también habrías perdido a tu esposa.
—El aire a su alrededor se calentó abrasadoramente. El elemento de fuego de Avalón aumentó peligrosamente, las moléculas en el aire reaccionaron a sus emociones descontroladas.
—Su aura ardiente se intensificó cuando se giró bruscamente para enfrentarse a Atticus, sus manos temblaban, la sangre goteaba de sus puños cerrados.
—Tú —Avalón comenzó, su voz temblaba de furia.