Mantenía la mirada en el suelo, tratando de evitar sus penetrantes ojos. La vergüenza y la culpa pesaban mucho en su corazón.
Anastasia había estado a punto de morir. A pesar de la promesa de Arya de protegerlo siempre, a pesar de sus mejores esfuerzos, había fallado. Atticus había sido quien la protegió, y la culpa la roía por dentro.
Pero antes de que pudiera decir otra palabra, sintió que los brazos de Atticus la rodeaban, atrayéndola hacia un abrazo gentil. Sus ojos se agrandaron por la sorpresa.
—Te extrañé, Arya —dijo Atticus suavemente.
Por un momento, Arya no supo cómo reaccionar. Dudó, su voz temblorosa cuando comenzó a protestar,
—P-pero yo no pude
—No te culpes —interrumpió Atticus, su voz firme pero gentil—. Hiciste lo mejor que pudiste. No es culpa de nadie excepto de las personas responsables.
'Qué ira', Arya tembló ligeramente. El aire se había vuelto notablemente más frío mientras Atticus hablaba, su enojo palpable en la habitación.