La atmósfera estaba cargada de tensión. Cada persona que observaba tras los escudos égida contenía la respiración.
Sabían—lo que estaba a punto de ocurrir podía ser el peor desastre que el dominio humano hubiera visto jamás.
Los paragones estaban a punto de chocar.
Si luchaban, sería un evento que podría dejar lisiado al dominio humano para siempre. Antes, solo Magnus y Luminoso habían combatido, y aun así, todo el dominio había sentido las repercusiones.
Escudos égida habían surgido en otros sectores mientras se preparaban para posibles repercusiones, y eso era con solo dos paragones en batalla, con otros intentando mitigar el daño.
Pero si todos los paragones luchaban—incluso si todos contra Magnus—las consecuencias serían inimaginables. La devastación barrería los sectores como una ola, imparable.