A medida que Atticus atravesaba el portal, no se sentía exactamente como una teleportación. Para él, era más como pasar por una puerta.
Se encontró con una intensa luz blanca antes de que el paisaje cambiara a algo verdaderamente encantador.
Una exuberante pradera se extendía en todas direcciones, y justo adelante, a unos 100 metros, había un pueblo amurallado. El término "pueblo" se utilizaba solo por su tamaño, pero su estructura y edificios parecían mucho más sofisticados.
Atticus notó que el portal se cerraba detrás de él justo cuando terminaba de escanear toda el área.
—Sin guardias.
Con esta realización, moléculas de luz comenzaron a converger alrededor del área, proyectando una ilusión que engañaría a cualquier espectador.
En el siguiente instante, la cabeza del hombre fornido, que era el líder del grupo, se separó de su cuerpo.