—Una risa fuerte e intensa resonó por el área mientras el soberano reía sin ninguna preocupación en el mundo. La situación simplemente había sido muy divertida para él. Acababa de elogiar a Niall por usar su cabeza, y este último había estado tan confiado en su poder. Sin embargo, ¿quién habría pensado que lo que acaba de suceder realmente ocurriría? Si fuera posible, la cara de Niall se habría vuelto ahora de un intenso tono de rojo. Estaba demasiado avergonzado para permanecer en el área, pero desafortunadamente, no podía irse.
El soberano se rió aún más de la reacción de Niall antes de volverse serio.
—La apuesta ha terminado y el ganador ha sido decidido. ¿Tienes alguna objeción?
—No, soberano —Niall apretó su puño con fuerza—. Perdí la apuesta. Había perdido y tendría que convertirse en esclavo de Atticus. Era inquietante, algo que nunca esperó que sucedería en su vida.
—No, soberano —Niall hizo una reverencia y respondió.
