Al escuchar las palabras de Mortrex, la expresión de Atticus no cambió. Lo miraba directamente a los ojos sin decir una palabra.
Esta acción pareció confundir un poco a Mortrex, haciendo que frunciera el ceño.
—¿Qué?
—Nunca olvido mis agravios —dijo de repente Atticus, interrumpiendo a Mortrex.
Mortrex permitió que Atticus continuara, sin decir nada.
—El chico que protegiste de mí hace unos minutos, junto con el otro Gran Maestro que apareció, ambos intentaron matarme, siendo el primero lo bastante insensato como para amenazar a mis compañeros. En serio cada palabra que le dije: acabaré con su familia.
Atticus no sabía con certeza, pero considerando el hecho de que todos llevaban la misma vestimenta, tenían los mismos patrones en su piel e incluso el mismo emblema grabado en sus pechos, estaba seguro de que todos eran de la misma familia.