—Bostezoooo... —se pudo escuchar un gran bostezo en toda la habitación mientras una figura se levantaba lentamente de la cama, sus manos alzadas hacia el rayo dorado de luz que iluminaba su rostro. Al ver los delicados rayos que danzaban en el aire, pasó sus manos sobre ellos, una pequeña sonrisa apareciendo en su rostro al ver cómo se movían alrededor de sus manos, como pequeñas mariposas.
Y poco a poco, los recuerdos le volvieron, causando que sus manos se detuvieran, y lentamente giró su cuello hacia un lado, encontrando a él, una figura que no sabía si alegrarse de que estuviera allí o no. Su atención estaba puesta en el libro que tenía delante, quizás aún sin darse cuenta de que ella había despertado, pero sus ojos se estrecharon al ver la tela que había sido envuelta sobre ella y el hecho de que estaba en la cama en lugar del suelo donde se había derrumbado por la tarde.