Era una montaña gigantesca cuyas cimas casi alcanzaban las mismas nubes. Erguida en el centro del planeta de color azul, donde nada sino estructuras extremadamente altas hechas de cristales verdes yacían, cuyas puntas parecían perderse para alcanzar el cielo.
—Fuuuuu... —El sonido de una flauta se podía escuchar emanando de la cima de la montaña más alta, su origen no era otro que una figura de cabello azul sentada en la punta de la montaña, el aire soplaba rápidamente sobre su ondulado cabello azul mientras cerraba los ojos, una hermosa melodía emergiendo de la flauta que sostenía en sus manos.