El sonido de una respiración pacífica podía escucharse a través del salón del trono de aspecto diabólico, cuyo origen no era otro que el mismo trono.
En el trono de aspecto diabólico rodeado por cientos de picos que emergían de él, mientras que de un obscuro abismalmente rojo marcaba su superficie, se podía ver a un joven, o mejor dicho, a un diablo de escamas oscuras sentado con las piernas cruzadas.
Escamas oscuras cubrían sus brazos las cuales terminaban en garras fantasmales, mientras que la mitad de su rostro estaba cubierta por esas mismas extensiones de brazo donde se podía ver un negro, suavemente ardiendo con llamas oscuras abismalmente.
—AHHHHHHHHH —aire blanco rancio salía de su boca mientras dos oscuros rayos de luz destellaban a través del espacio oscuro.
Lentamente se levantó sobre sus pies, su mano derecha aún sosteniendo la bola de oscuridad, y luego estiró su mano izquierda, y misteriosamente otra bola de Caos se formaba.
—HUUUUUU
BOOOOM
