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—¡Dolor! —El dolor de perder a un ser querido. La fuerza recorría todo su cuerpo, pero sus dientes estaban apretados, sus uñas se clavaban en las palmas de sus manos, goteando sangre fresca.
Las Ruinas de los Titanes Celestiales eran solo una simple expedición. Solo un entrenamiento menor en su camino hacia la grandeza. Jamás habría creído que perdería a su único hermano en ella.
Los insignificantes peces con los que solo querían lidiar como parte de la expedición terminaron matando a su hermano.
—¡No! No se suponía que fuera así. Era un cobarde inútil que huía del combate...
Zeras miró a Mason, quien entonces estaba inclinado. Era el momento perfecto para lanzar un ataque sorpresa que sin duda provocaría un ataque con un 90% de certeza de matar antes de que pudiera reaccionar, pero no movió ni un músculo.
Era lo que quería, hacerle sentir el dolor lo más horroroso posible.
