—¡Fiiiiuuuuuu! —Todo el mundo se lanzó sobre el depredador ápice como si no fuera más que una presa.
Aquellas mismas personas que una vez temblaron de miedo ante él eran las que ahora mostraban tal resolución y valentía.
—¿Cómo era posible? ¿Por qué...?
—¡Insolentes necios! —Varias esferas de destrucción se formaron alrededor del Señor Dragón Esquelético, y las lanzó fácilmente hacia los grupos que lo tenían como objetivo.
Como se esperaba, estallaron de manera espectacular.
—¡Booooooom! —Este ruido cataclísmico sin duda era música para los huecos oídos del Dragón, pero una simple mirada al campo de batalla fue suficiente para mostrarle cuán ineficaces eran sus ataques.
—¡Tormenta Gélida! —¡Exterminación! —¡Bombardeo de Explosiones! —Los Hechizos de los tres Magos que estaban a distancia resonaban, y los efectos de su Magia se deshacían instantáneamente de cualquier humo que cubría el campo de batalla.