—No hay problema si no quieres hablar de ello.
La voz de Esme despertó a Rey de sus prolongados pensamientos.
Se giró y la vio levantarse lentamente también a una posición sentada, con una sonrisa amigable en su rostro a medida que se levantaba.
—¡A-ah, es!
—Entiendo. Se trata de una chica, ¿verdad? —preguntó Esme.
—¿¡Q-qué? ¿Cómo puedes estar tan segura!? —Tan pronto como Rey dijo esto, y también vio cómo se ampliaba la sonrisa de Esme, comprendió la fea verdad.
¡Me han engañado! ¡Maldita sea!
Ya era demasiado tarde para darse cuenta en ese momento, sin embargo. Había sido descuidado, y ahora tenía que pagar el precio.
—Solo hice una suposición. Pero parece que acerté completamente —dijo Esme con seguridad.
Rey quería preguntarle a Esme la razón detrás de su suposición esta vez, pero antes de que pudiera decir algo, ella le dijo.
—Ese hombre... Asher... nos refirió a ti y a mí como una pareja la última vez.
