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—Satanás miró a Caroline mientras trataba de asimilar las palabras que la demonio había dicho. En un momento de apuro, había destruido el objeto que sostenía, olvidando la tercera cláusula de su contrato con Elisa donde no podía dañar a las personas o elementos que Elisa poseía.
Pero su ceño fruncido aparece mientras miraba a Lady Caroline —Ella está cometiendo un error. Y con ella, Satanás dejaba claro que se refería a Elisa.
—¿Por no elegir aceptar su ayuda, su alteza? —preguntó Belcebú, avanzando hacia el campo.
—¡No! —Satanás parecía sorprendido por lo que hizo, y al darse cuenta de que era demasiado tarde—. Teníamos un acuerdo. Si yo rompo la regla y Elisa recibe las penalizaciones. ¡Ella no puede solicitar resucitar a su esposo de nuevo!