—Elisa observó el orgullo en los ojos de Ian mientras la presentaba a la gente como su esposa. No podía explicar lo feliz que estaba y había dejado de pensar en ello pues la palabra apenas expresa la plenitud que sentía en su pecho. Ahora ella era su esposa y él era su esposo.
Los invitados aplaudieron mientras caminaban por el pasillo —mientras algunos mostraban sonrisas sinceras, también vio a algunos que estaban sin sonrisa cuando aplaudían—. La posición que ella tenía ahora era algo que muchas mujeres en la iglesia habían querido alguna vez, pero ahora que ella la había tomado, no podían evitar mirarla con una mirada llena de envidia.