```
Adelaide, su madre, se sentía como un fragmento de su sueño, un sueño que era tan surrealista pero intangible al mismo tiempo. Desde que Elisa recuperó la verdadera parte de su memoria, había tenido curiosidad por su madre, a quien no recordaba bien. Hasta la fecha, solo tenía cuatro recuerdos de su madre, y el resto vacíos ya que su padre había bloqueado sus memorias.
—No sabía que conocías a mi madre —respondió Elisa a Esther quien le mostró una sonrisa.
—Mientras que Satanás tuvo muchas esposas y concubinas que no eran suficientes para llenar su castillo, solo tuvo unos pocos hijos, incluyendo a Leviatán. Yo solo tengo una pequeña parte de su sangre, pero es diferente para él. Su madre era un ángel de menor rango y, como uno esperaría, su historia de encuentros amorosos terminó bastante mal.
Su abuela, pensó Elisa, —¿Se separaron? —Porque las palabras de Esther sonaban como si su abuela y Satanás luego rompieran su relación.