Elisa sintió sus labios contra su barbilla, recorriendo la curva de su rostro y suavemente cuando sus labios rozaron su cuello, sus respiraciones se hicieron más superficiales. Los dedos de Ian en su cintura y trasero se tomaban su tiempo pero también eran rápidos para convertir una simple caricia en algo mucho más lascivo y sensual.
Sus labios recorrieron sobre ella, no era un beso, ya que solo se cernía ante sus rosados labios. El momento de silencio entre ellos pasó con los dos tocándose, saboreándose y sintiéndose mutuamente con las yemas de los dedos y el sentido del tacto. Hasta que Elisa no pudo sentirlo más fue cuando Ian besó sus labios, mordisqueando su labio superior e inferior para luego entrar en su boca.