—Estoy enfermo y con fiebre. Así que hoy podría subir solo un capítulo, lo siento a todos TT —comentó el autor.
Después de la cena, Elisa dejó el comedor, llevando consigo una lectura ligera sobre el resto de los Demonios, notando que no podía encontrar nada similar a Ian o sobre Demonios que tuvieran alas emplumadas como él. Se preguntó si la razón por la que las alas de Ian eran emplumadas como las de los ángeles era porque él alguna vez fue humano. ¿O quizás había otra razón?
¿Era posible que Ian también tuviera algún secreto en su nacimiento? Pero si era así, él debía estar pensando y haber investigado por sí mismo.
—Pensando en algo más cuando estoy junto a ti, qué atrevida —comentó Ian, y Elisa se sobresaltó porque no esperaba que él apareciera junto a ella mientras caminaba cuando lo había visto irse después de la cena para atender unos casos en los que un magistrado llamaba a la puerta del castillo.
—¿De qué se trataba? —preguntó Elisa, viéndolo sonreír con suficiencia.