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—Elisa, podrías entrar si quieres. Pareces un poco enferma —dijo Frank, que era el cochero del carruaje, mientras la miraba.
Ella se giró hacia donde estaba Frank, negando con la cabeza.
—Estoy bien, esperaré al Señor Ian antes de entrar al carruaje —y Frank asintió.
Sentarse dentro del carruaje solo haría que los pensamientos en su mente giraran una y otra vez, haciéndola sentir inquieta y eligió quedarse de pie fuera del carruaje, intentando apartar su mente de lo que revolvía en su interior.
Elena murió hace nueve años, ella recordaba todo hasta el punto en que fue encerrada en el cobertizo, ¿pero por qué fue al bosque y por qué razón? Elisa recordó lo asustada que estaba de ir al bosque con su habilidad para ver fantasmas. No iría allí. Sin embargo, su yo pequeña sí fue y la encontraron con sangre. ¿De quién era esa sangre?