Belcebú, que estaba parado detrás, no tenía suficiente espacio para mirar hacia adelante, pero al oír cómo habían llamado ladrón a Ian, resopló por la mirada penetrante que le lanzó el hombre al que habían llamado descarado ladrón él mismo.
Belcebú rápidamente miró a Elisa —Dile que estamos aquí.
¿Así que ella tendría que llamar al propio Sullivan? Sin duda el hombre parecía cada vez más seguro excepto por el hecho de que se veía transparente, pero Elisa dudaba en alguna parte. Dio un paso más cerca cuando el fantasma voló hacia Ian —Señor Sullivan, hemos venido a conocerle. Queremos preguntar por su difunta esposa —dijo Elisa para que el hombre frunciera el ceño y le lanzara una mirada repentina.
Sullivan primero la miró fijamente a los ojos antes de acercarse y Ian estiró la mano para colocarla sobre la cara de Elisa como si quisiera bloquearlo —Te está mirando intensamente, ¿no es así? —preguntó Ian agudamente.