La mano de Elisa encontró su camino hacia su falda, tomando algo de tela en su palma y arrugándola para darse un impulso en la espalda que necesitaba. Permanecer inactiva era bueno para protegerse de ser herida en caso de que Ian la rechazara y pusiera distancia en su relación, pero Elisa pensó que dar el paso adelante era lo que necesitaba para decidir si el amor que tenía sería correspondido o rechazado.
—Cuando pregunto si quiero ambas cosas, quedarme contigo para siempre y jurarlo todo por ti. Que yo... —el rostro completo de Elisa se encendió con el calor, su cabeza mareada pero no iba a usar la excusa para retroceder. Nunca sabe cuándo surgirán oportunidades nuevamente como hoy. —Que quiero ser alguien que permanezca para siempre a tu lado, ¿me permitirías hacer eso? No, quiero decir, ¿qué dirías sobre eso?