—¡Hermana mayor! Lo siento. No te enojes.
La mujer cambió su expresión después de ver a la pequeña niña. Sus ojos se suavizaron y le acarició la cabeza.
—Oh, lo siento. No estoy enojada contigo. Por favor, no te confundas. No quise asustarte. Solo estoy de mal humor después de escuchar lo que le pasó a mi amiga —dijo la mujer, explicándole a Ella.
Ella levantó la vista para encontrarse con la mirada de la mujer.
—Gracias, hermana mayor. Pensé que estabas enojada conmigo porque pisé tu pie. ¿Qué le pasó a tu amiga? —preguntó Ella a la mujer con curiosidad.
Una niña siempre tenía curiosidad por algo por lo que la mujer la entendió. Ella respondió a la pregunta de Ella.
—Algo le pasó a mi amiga anoche. No sé qué le sucedió. Solo escuché que está aquí. Vine a visitarla y averiguar qué pasó —respondió la mujer.
Ella movió la cabeza después de obtener su respuesta.