Andrés y Alveena se quedaron dormidos. Él debía llevarla a la Residencia Sy temprano esta mañana. Sin embargo, estaban exhaustos debido a su momento íntimo de anoche.
—Buenos días, Amor —Andrés la saludó con una sonrisa gentil en su rostro.
Alveena le devolvió la sonrisa. Estaba muy feliz de ver la cara de Andrés al abrir los ojos esta mañana.
—¡Buenos días, querida!
Alveena tenía su cabeza apoyada en el brazo de Andrés mientras él la acurrucaba. Sus cuerpos desnudos estaban cubiertos por el edredón.
—Mi cuñada te prestará ropa. Ve y dúchate. No quiero que llegues tarde a tu trabajo. En lugar de dejarte en casa, te enviaré a tu oficina —Andrés le dio un beso suave en la frente a Alveena. La abrazó y la apretó en sus brazos una última vez antes de dejar que se levantara de la cama.
—Oye, Drew...
—¿Hmm?
—Ven... duchémonos juntos para ahorrar más tiempo —sugirió Alveena. Sus labios se curvaron en una brillante sonrisa.
