Tristán observó el paquete con atención. Era una caja cuadrada.
—¿Esto es una bomba? —trató de bromear, haciendo reír al mayordomo.
—No creo, joven maestro. Es muy ligera, como si no hubiera nada dentro de la caja —dijo el mayordomo, sonriéndole.
Tristán asintió con la cabeza. La caja era en efecto muy ligera.
—Está bien. ¿Ya lo has firmado? —Tristán le preguntó al mayordomo.
—Todavía no, joven maestro. El repartidor sigue esperando afuera .
—Ok, fírmalo. Y pon este paquete en mi estudio. Lo revisaré más tarde. Tengo que continuar nuestra reunión tan importante —dijo Tristán, guiñándole un ojo al mayordomo.
El mayordomo tomó el paquete de Tristán antes de salir a firmar los papeles, indicando que ya habían recibido el paquete.
Tristán volvió a la sala, uniéndose a Matthew y sus primos.
—¿Qué es? —le preguntó Mark con curiosidad.
—Oh, no es nada. Alguien me envió un paquete. Sigamos hablando de nuestro plan .