—Ahem..., pero cariño, ya que estás aquí... ¿por qué no continúas donde ella se detuvo? —Tristán dijo sin vergüenza mientras le sonreía tímidamente.
Zhen-Zhen:
...
—Tristán la miró con ojos suplicantes. Le estaba haciendo otra petición, pero no estaba seguro de si Zhen-Zhen la cumpliría.
«Suspiro, ¿por qué me estoy volviendo tan codicioso? ¿Quién soy yo para pedirle esto a mi esposa después de hacerla enfadar?» Tristán pensó para sí mismo.
Pensaba que debería sentirse satisfecho ahora que su esposa había venido a verlo al extranjero. Incluso utilizó sus poderes mágicos para hacerlo.
Notó que Zhen-Zhen todavía llevaba su uniforme escolar. Tenía clases, pero decidió no asistir al resto de ellas hoy solo para verlo.
—Cariño, solo estoy bromeando. Ven aquí. Solo acuéstate a mi lado. Quiero abrazarte —Tristán dijo suavemente, extendiendo sus brazos hacia ella.
—¿Todavía estás enojada conmigo? —añadió.
