Tristán ayudó a Zhen-Zhen a vestirse. A diferencia de antes, el ánimo de Tristán ya había mejorado. Ahora mostraba una sonrisa vibrante y satisfecha en su rostro.
Hacer el amor con su esposa hace un rato lo ayudó a borrar todo el celos y la infelicidad que sentía.
—Cariño, lo siento. Perdí el control —se disculpó Tristán con Zhen-Zhen mientras le arreglaba el vestido. También limpió el sudor del rostro de Zhen-Zhen con su pañuelo.
Zhen-Zhen hacía lo mismo. Ahora estaba arreglando el pelo de Tristán, peinándolo con sus dedos.
—Entiendo, Cariño. Pero la próxima vez, no hagas esto otra vez en un lugar público. ¿Y si alguien nos hubiera atrapado haciendo esto? Suspiro. Eres travieso —Zhen-Zhen lo regañó levemente.
Tristán la atrajo hacia su cuerpo, abrazándola fuertemente mientras besaba su cabeza.