Después de recibir la disculpa de la señora Miller, Tristán y Zhen-Zhen fueron a su área asignada para montar su tienda. Tristán todavía se sentía apenado y culpable por lo que le había sucedido a su esposa.
Zhen-Zhen notó a Tristán, quien se veía decaído. Estaba ensamblando las partes de la tienda en silencio.
—¿Cariño? —Tristán hizo una pausa en lo que estaba haciendo mientras levantaba la mirada hacia Zhen-Zhen. —¿Sí, cariño?
—¿Por qué estás triste? Estás muy callado. Tu cara ya no puede ser pintada por tu expresión, cariño. —Un profundo suspiro salió de su boca. Tristán se puso de pie y se movió hacia su espalda. Luego abrazó a Zhen-Zhen por detrás, colocando su barbilla en su hombro derecho.
—Me siento culpable. Todo es mi culpa pero eres tú quien sufre las consecuencias. Lo siento, cariño. Fallé como tu esposo. Permite que alguien te lastimara —Tristán expresó sus verdaderos sentimientos sobre lo sucedido hoy.