—Oh sí, eso es… sí en esa parte… solo sé suave. No seas brusco —Mark le estaba dando instrucciones a su masajista mientras le hacía el masaje.
—¡Mierda! Todas las partes de mi cuerpo me duelen. ¡Quiero golpear a Tristán por esto! Él intencionalmente usó a los ancianos para darnos un castigo —dijo Daniel entre dientes apretados.
—Apuesto a que ahora se está regodeando por nuestra desgracia —añadió Daniel, maldiciendo a Tristán.
—Querido primo, tal vez ahora esté riéndose. Pero su alegría no durará mucho. No lo dejaré escapar. ¿Oíste que nuestro encuentro familiar será una actividad diferente? ¿Por qué no tratamos de vengarnos de él ese día? —Mark le sugirió a su primo.
—Oh sí. Escuché que haremos una actividad al aire libre como acampar. Fue su esposa quien se lo sugirió al Abuelo Lu —le informó Daniel a Mark.