—No, Tristán. Nuestro bebé no se ha ido. Pequeño Davis está seguro...
Al principio, Tristán no creía en Zhen-Zhen, pensando que Zhen-Zhen no tenía idea de lo sucedido, por lo que asumió que su bebé estaba seguro.
Tristán dejó el cristal en la cama mientras sostenía las manos de Zhen-Zhen.
—Cariño, déjame explicarte lo que sucedió. Hace un rato, te desmayaste. Cuando despertaste, de repente perdiste el control de ti misma. Empezaste a alejarme y hasta mostraste tu bola de fuego a todos.
Zhen-Zhen se sorprendió al escuchar eso. No podía recordar qué había pasado después de desmayarse. Se quedó en silencio, solo escuchando a Tristán.
—Tu demonio interior tomó control de tu mente y cuerpo. Atacaste a Hannah. Casi la matas, pero Liam vino a detenerte.
Los ojos de Zhen-Zhen se abrieron de sorpresa al escuchar eso. Sentía que su demonio interior despertaba desde su subconsciente pero no recordaba haber hecho esas cosas.
—¿Por qué atacaría a Hannah?