—Hannah... lo siento... Pero no puedo casarme contigo
Hannah miró a Andrés con absoluta incredulidad. No sabía si había escuchado mal.
—¿Eh? ¿Qué dijiste, Andrés? —le preguntó de nuevo. La dulce sonrisa en su rostro ya había desaparecido. Fue reemplazada por la confusión.
Andrés también lo estaba pasando muy mal. Sabía que Hannah se sentiría herida. Por mucho que quisiera evitarlo, no podía.
—Lo siento mucho, Hannah. Lo siento de verdad —Andrés solo podía pedirle disculpas. Se sentía muy culpable.
Fue una decisión difícil. Hannah y Andrés ya se habían condicionado a que estarían juntos. Pero todo cambió cuando Hannah finalmente reconoció que todavía estaba enamorada de Tristán.
Andrés había pensado en esto varias veces. Elegir a Alveena significaba que estaría desechando esos seis años que había pasado con Hannah.
También estaba triste de que las cosas terminaran así. También pensó que Hannah sería la única mujer que él quería. Pero Alveena llegó inesperadamente a su vida.