—¡Hannah! Detén esto. Nunca serás mi esposa. Zhen —quiero decir, Lillie—. Ella es mi única esposa. Y la amo tanto. Nunca la traicionaré —Tristán le dijo firmemente con mucha convicción en sus palabras.
Su mente se aclaró ahora. Ya no podía ver el rostro de Zhen-Zhen. Ahora era plenamente consciente de que la persona frente a él era Hannah.
Por otro lado, el color se drenó del rostro de Hannah cuando Tristán le dijo esas palabras. Se sintió como si la hubieran abofeteado fuerte en la cara. Su esperanza se destrozó en ese momento.
—Tristán... ¿realmente ya no me amas? ¿Cómo puedes olvidarme tan fácilmente? —Hannah lo confrontó una vez más. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Estaban a punto de caer en cualquier momento.
Se sentía desesperada e impotente. No sabía cómo aceptaría este rechazo. ¿Ya no funcionaba su encanto en Tristán? Ella estaba dispuesta a entregarse a él, pero él la estaba alejando.