Hoy era el día en que Andrés recibiría el alta del hospital. Saldría por la tarde. En el fondo, todavía esperaba que Hannah viniera a visitarlo.
Desde la última vez que hablaron de darse un tiempo, no se habían visto. Hannah también había dejado de comunicarse con él.
Solo echaba un vistazo a su teléfono sobre la mesa de vez en cuando, esperando su mensaje. Se moría de ganas de escribirle, pero se reprimía de hacerlo.
Como fue él quién pidió esto, debería ser firme con su decisión. Espacio y tiempo era lo que más necesitaban en este momento.
Lo que él no sabía era que Hannah ni siquiera podía enviarle mensajes ni tener tiempo para pensar en él porque estaba enfurruñada en su cuarto. Se sentía devastada después de su confrontación con Tristán ayer.
Estaba triste y dolida porque Tristán le dijo que ya se había enamorado de su esposa. Amaba a su esposa, Lillie. Tristán enfatizó esas palabras ayer.