—¡¿Tristán?!
Zhen-Zhen estaba luchando contra sí misma, su demonio interior. Tristán estaba herido y era por culpa de ella. Su demonio interior había escuchado su voz.
Ella podía sentirlo. La preocupación de Zhen-Zhen por Tristán era tan fuerte que intentaba recuperar y controlar su cuerpo. Pero su demonio interior no le permitiría tomar el control ahora.
—Detente. Vuelve a dormir. No despiertes. Solo quédate ahí. Déjame encargarme de esto. Déjame tomar tu cuerpo y nunca volverás a salir herida por culpa de este hombre. Él solo te está engañando. Él solo te está utilizando.
Zhen-Zhen estaba teniendo una batalla interna consigo misma cuando Tristán intentó levantarse.
—Urghh, es fuerte. ¡Maldita sea! ¿Por qué siento como si me hubiera roto las costillas y la espalda? —Tristán se quejaba para sí mismo.
Cuando miró en dirección a Zhen-Zhen, ella estaba sosteniéndose la cabeza como si le doliera mucho.
—¿Qué le pasa a Zhen-Zhen? ¿Está en dolor? —Tristán estaba preocupado por ella.