—¿Y cómo es que estás en el territorio de la manada de los Valles Plateados? —preguntó Lucas agitando su mano alrededor—. ¿Estás aquí en secreto? Miró por encima de sus hombros y dijo, —Ni siquiera tienes hijos. —La forma en que lo dijo claramente mostraba que la estaba insultando—. ¿Has venido a buscar esposo a la capital? Pero pensé que tu padre era un beta estricto.
Olivia le lanzó una mirada oscura pero sabía que Lucas no era el tipo que entendería el significado de su mirada y él poseía este extraño hábito de hacer que los demás se sintieran extremadamente cómodos. Se preguntaba cómo podía ser tan popular en aquel entonces.
—¿Qué hay de ti, Lucas? Lo último que supe fue que huiste de la manada Garra Blanca para hacerte rico. —Lucan se estremeció ante sus palabras—. ¿Por qué no veo ningún cambio en ti?