Los sirvientes trajeron el baúl de Olivia y ella sacó un ligero par de pantalones y una túnica de mangas largas con un cinturón que se ataba a la izquierda. Se cambió a su ropa limpia después de haberse cepillado ligeramente la suciedad del agua que un sirviente había dejado para ella en el exterior. Llevaba un grueso suéter tejido y calcetines.