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Los Yardrak se quedaron en silencio enseguida cuando Íleo dijo que tenía una contraoferta. Su líder Kahn entrelazó sus dedos y los puso sobre la mesa. Se inclinó hacia adelante y apoyó su barbilla sobre sus dedos entrelazados. Los enanos no estaban acostumbrados a este tipo de cosas, especialmente a las contraofertas. Les irritaba el temperamento y los Loreanos lo sabían. Pero el hecho de que la oferta viniera del mago oscuro hacía que no pudieran permitirse estar airados. Tampoco estaban curiosos.