—No tocarla solo exacerbaba su situación porque ella se estaba calentando —dijo—. Su mente estaba llena de ideas e imágenes que solo la hacían cerrar los muslos. Y ahora no podía desviar su atención de los músculos del hombro bajo su camisa que parecían ondular aún más. ¿El demonio estaba tratando de mostrar sus músculos?